El inmobiliario se calienta en 2025 y sigue pendiente del bajo ‘stock’

MARÍA MATOS – Directora de Estudios de Fotocasa

El sector inmobiliario español cierra un 2024 de clara aceleración y avanza hacia un 2025 con un mercado realmente caliente y que tendrá muchos de sus indicadores en máximos, pero también zonas frías que requerirán de especial atención. El mercado actual está registrando alzas de precios en los segmentos de compra y alquiler, incrementos en las compraventas y una mayor firma de créditos hipotecarios,

Tras una leve ralentización de las transacciones en 2023, este año 2024 va camino de convertirse en un ejercicio de récord en casi dos décadas. Se prevé que el mercado nacional cierre este diciembre sobre 620.000 operaciones de compraventa de viviendas, lo que representaría el segundo mejor año desde 2007, en pleno auge del boom inmobiliario español. La cifra representa un hito muy notable, ya que la primera mitad del ejercicio convivió con tipos de interés que estuvieron al 4,5% hasta el mes de junio del presente año, un escenario financieramente restrictivo en comparación con los años previos. Por ello, y ante el previsible camino de regreso iniciado por Fráncfort, se prevé que 2025 experimente un renovado dinamismo en la adquisición de vivienda. Se espera un ligero aumento en las compraventas, impulsadas por factores como el deseo de emancipación, la mejora de la calidad del hogar o la búsqueda de rendimiento en el mercado. Además, lo más probable es que un gran volumen de la demanda se dirija a la compra por reposición.

No obstante, la falta de oferta disponible será un desafío que impactará negativamente en la demanda latente. Esta escasez hará que encontrar la vivienda ideal sea cada vez más difícil. La intensa competencia por cada inmueble reducirá significativamente el tiempo que estas permanezcan en el mercado.

 

Más inversores y extranjeros en el mercado

Con mejores perspectivas del sector y precios en ascenso, se refuerza ahora el perfil del demandante con alta solvencia económica y con experiencia previa en el mundo inmobiliario, como el comprador inversor, que ya representa el 13% de la demanda, o como el comprador extranjero, que ha crecido significativamente hasta alcanzar el 15% del total. Se producirá este próximo 2025 el regreso destacado del comprador de primera residencia.

 

Desequilibrio entre oferta y demanda

El auge de precios en el mercado se explica por un factor económico básico: en estos momentos, en muchas zonas de España el mercado está alcanzando un punto de tensionamiento muy elevado, marcado por el imparable incremento de la demanda y la sostenida escasez de oferta. El aumento entre los solicitantes de vivienda durante el próximo 2025 estará impulsado por dinámicas como el crecimiento poblacional (con un especial aumento en los flujos migratorios), el ascendente apetito de inversores en el mercado nacional, el mayor peso del turismo residencial que compra vivienda, y el cambio social hacia un mayor número de hogares unipersonales. De hecho, la creación de hogares (en torno a 300.000) es el triple que el número de viviendas producidas anualmente (casi 100.000 unidades) y esta es una tendencia que se ha mantenido constante durante el último lustro, lo que agrava el desequilibrio entre oferta y demanda en España. Todo ello generará una presión adicional sobre los precios, que mantendrán la tendencia al alza en 2025, con ritmos de subida significativos de alrededor del 7%.

A pesar de las tensiones, el mercado inmobiliario no muestra señales de burbuja, porque no se observan tendencias especulativas a gran escala y porque el sector bancario se está ajustando prudentemente a la evolución de la política monetaria. Sin embargo, el incentivo de la rebaja de los tipos interés y el progresivo descenso del euribor fomentarán el aumento de la demanda, que continuará siendo robusta y consistente. Esta situación, frente a una oferta disponible cada vez más reducida, ocasionará la persistencia de los precios al alza.

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